sábado, 25 de diciembre de 2010
Severija Inčirauskaitė-Kriaunevičienė
¿Quién se iba a imaginar que el punto de cruz de la abuela iba a acabar en las paredes de una sala de exposiciones? Severija Inčirauskaitė-Kriaunevičienė, lo ha conseguido. Objetos cotidianos bordados que transmiten algo extraño y delicado.
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